Tratándose de un periódico de la Universidad Iberoamericana, es inaceptable poner en primera plana una noticia poco relevante para la comunidad (o para México), así como un monumento a la mediocridad y a la subjetividad periodística.
Las palabras de rechazo no son en vano, sino que se dan lugar por la fotografía de muy mala calidad y caricaturizada en forma de diablo del pervertido y enfermo mental que convulsionó a los derechos humanos.
Estamos en nuestro derecho opinar lo peor de tal persona y es totalmente válido a tal punto sin hacer un mal uso de un medio masivo y "respetado" por una comunidad pensante y crítica.
En mi opinión pienso que la labor del periódico 8ochenta es digna de esta universidad si omitimos las faltas de ortografía y a veces el poco profesionalismo, al final somos estudiantes y antes que nada humanos en desarrollo profesional.
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